Enclavado en un entorno natural donde bosques de pinos, rocas ocres o blancas, viñedos llanos y en terrazas que se extienden hasta el mar Mediterráneo, Cassis está protegido por dos monumentos naturales, Cap Canaille y Calanques de piedra caliza blanca.
El pueblo de Cassis
La magia ya está obrando en la pequeña carretera que lleva al pueblo y serpentea entre viñedos y pinares. El encanto se revela al caminar por las estrechas calles y plazas bordeadas de coloridas casas de pescadores. Cassis marcará para siempre la mirada de quien descubre por primera vez el puerto, sus barcos y sus acogedoras terrazas.